Ansiedad, pánico, incertidumbre son reacciones que en ocasiones genera mayores desastres que el propio accidente.
Escuchas el crujido de huesos al romperse un segundo antes de que el dolor estalle. Miras hacia abajo; un agujero de tuza te ha destrozado el tobillo, convirtiendo una agradable caminata en una situación de supervivencia. El miedo surge en tu cerebro y tu cuerpo comienza a temblar. ¿Qué te está sucediendo?
Conozca los síntomas
El pánico es una reacción tanto física como mental, y puede ocurrir independientemente del shock. Es probable que experimentes un pico de adrenalina, temblores musculares, constricción de la garganta, hiperventilación, pérdida de las habilidades motoras finas, náuseas y/o mareos. Tu mente puede reaccionar con alucinaciones, irritabilidad y un rollo de película de los peores escenarios que culminan en tu muerte. Estas respuestas pueden salirse de control y nublar tu juicio.
Domina tus emociones
La ansiedad es alimentada por pensamientos catastróficos. Para controlarte, siéntate y respira profundamente. Aborda una tarea del lado derecho del cerebro, como vendar tu tobillo.
Aplique la lógica
Una vez que te hayas calmado, necesitas analizar su situación y pensar racionalmente. En lugar de tratar de resolver la emergencia, todos se enfocan en una pequeña tarea a la vez. Come. Beber. Busca refugio. Estudie sus
rutas de escape y fuentes de agua. Prueba tu tobillo. Si no funciona, monta tu tienda. Recoger madera. Haz una señal de fuego. Y así.
Promueva lo positivo
No se preocupe por la distancia a su automóvil. Recuerde su entrenamiento y repita una frase útil como “Puedo hacer esto”. Piensa en la familia y los amigos, y en la historia que contarás sobre esta experiencia.
Fuentes: Habilidades de Supervivencia 101
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